La preeclampsia es una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en otros sistema, más frecuentemente el hígado y los riñones. Generalmente, la preeclampsia comienza después de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial había sido normal.
El diagnóstico de hipertensión en el embarazo se realiza cuando en dos o más tomas separadas por 6 horas, la paciente presenta una TA sistólica ≥ 140 mmHg y/o una TA diastólica ≥ 90 mmHg. Para que podamos hablar de preeclampsia deberá existir presencia de proteinuria o signos y síntomas de afectación multiorgánica.
Los profesionales de la obstetricia están siempre alerta para detectar el más mínimo indicio de preeclampsia. Si existe esta patología del embarazo se han de concentrar e intensificar los controles, administrar el tratamiento oportuno y estar alerta ante el posible agravamiento de la enfermedad que pueda poner en peligro la vida de la madre y el feto, ya que puede llegar a tener consecuencias mortales.
¿Qué factores de riesgo tiene la preeclampsia?
Ante la sospecha de preeclampsia siempre hay que hacer un estudio de la afectación materna y fetal para valorar cuál es la actitud terapéutica más adecuada.
Algunas de las pistas que nos puede dar la preeclampsia son:
Tratamiento:
El tratamiento definitivo es la finalización de la gestación. Se tendrá que contemplar en todos aquellos casos con grave afectación materno-fetal o a partir de las 37 semanas en los casos de preeclampsia leve.
Desde la Federación de Asociaciones de Matronas de España aconsejamos tener muy controlado este problema y acudir a tu matrona de referencia al más mínimo detalle o indicio de preeclampsia.