¿Qué es el colecho? Muchas de vosotras seguro que ya lo conocéis, pero nunca esta de más recordar su significado: el colecho o cama familiar es una práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con uno o los dos progenitores, puede ser practicado en la misma cama, en camas continuas o, cama y cuna unidas.
El colecho es una opción más cuando ya estamos con nuestro bebé en casa después de haber dado a luz. Muchas son las madres que descubren esta opción una vez intentada adaptar al recién nacido a un moisés o una mini cuna. Pero lo cierto es que es una manera tan beneficiosa como cualquier otra, que incluso se vuelve en una solución ante la aparición de algún contratiempo, como largos periodos de lactancia nocturna.
Según el antropólogo y experto en sueño infantil James McKenna, «Cuando se practica con seguridad, el colecho con la lactancia materna representa un sistema de cuidado de niños altamente efectivo, adaptativo e integrado que puede mejorar el apego, la comunicación, la nutrición y la eficiencia inmune del lactante gracias al aumento de la lactancia materna y al aumento de la supervisión de los padres y del afecto mutuo que acompañan a esta práctica»
Es una corriente cada vez más común en cualquier cultura, tan respetada y aceptada como otras, ya que muchos niños no se acostumbran a las otras herramientas. Existen muchas ventajas que se van asociando cada vez más al colecho, como una mayor protección del síndrome de muerte súbita. Aquí van algunas más de ellas:
-Descenso de la apnea
-Menos llanto
-Una temperatura más regulada
-Descenso de los niveles de estrés
-Crecimiento más acelerado
Durante la noche se produce un contacto que hace a los recién nacidos encontrar un clima más calmado y cómodo para ellos. No es nada descabellado, ya que, por ejemplo, es algo que, en el parto, o tras él, mejor dicho, también se produce, se inicia el contacto piel con piel, contacto sin ningún tipo de barrera, con múltiples beneficios ya demostrados. Esta cercanía se puede prolongar más tiempo, durante la estancia en el hospital y hasta que tú quieras.
Uno de los grandes beneficios del colecho es el control óptimo de la temperatura del bebé, a ese fenómeno se le llama sincronía termal. Existen estudios que aseguran que el contacto del pecho de la madre y un bebé que tenga frío, aumenta alrededor de los dos grados la temperatura corporal. En cambio, si el bebé es quien se encuentra caliente, es la madre quien puede bajar entre 1ºC o 2ºC.
El colecho desciende la probabilidad de llanto de un bebé, por lo que tiene relación directa con sus pulmones, ya que un llanto constante provoca que se puedan ensanchar más de lo necesario, o que, al ir a cogerlos a la cuna o moisés, los bebés asocian los brazos como mayor, e incluso único consuelo.
No hay que ocultar que existen algunos riesgos a la hora de practicar el colecho que afectan los bebés principalmente, esos problemas se han convertido en preocupaciones paternales. Por norma general, cuando acostamos a nuestro bebe junto a nosotros, o cuando están en su cuna, los padres y madres son muy sensibles a cualquier ruido o movimiento que hagan o produzcan tanto por si tienen algún problema o para cubrir sus necesidades.
El problema llega cuando alguna noche, por cualquier razón como el uso de medicamentos para dormir, alcohol, cansancio acumulado etc., no somos tan precavidos a la hora de actuar con nuestro hijo en la cama. Existen ciertos casos asociados a muertes infantiles junto con estos despistes.
En líneas generales, se apunta a que, con medidas sencillas como el uso de barandillas, un colchón firme sin ropa de cama mullida y evitando el alcohol, el tabaquismo, las drogas o los medicamentos para dormir, se podría mantener a los bebés de forma segura en las camas de sus padres.