El 66 % de los trabajadores sanitarios separan a madres y bebés recién nacidos con un estado positivo o sospechoso de COVID 19. Mantener a las madres y a los bebés juntos resulta en una reducción de 65% de probabilidades en el riesgo de muerte.
Un nuevo estudio muestra que más de 125.000 vidas de recién nacidos pueden salvarse a través del cuidado de la madre canguro, y en contra un riesgo de 2000 muertes de recién nacidos. Los trabajadores sanitarios que atienden partos están agobiados por el miedo que les crea la falta de equipos EPI o de otros recursos, como el oxígeno asistido.
Una nueva investigación publicada en BMJ Global Health sugiere que existe una amenaza a la aplicación de intervenciones que salvan vidas. El estudio es la primera encuesta publicada que se centra en los recién nacidos prematuros y enfermos durante la pandemia. Se llevó a cabo mediante una colaboración global, facilitada por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM) St. John’s Medical College, Bangalore, India y NEST360.
A través de un cuestionario en línea, el equipo de investigación encuestó a miles de profesionales de atención médica neonatal de 62 países de todo el mundo y recopiló datos sobre el efecto de la pandemia en la atención del recién nacido. África y Asia tuvieron el mayor número de encuestados (> 76%).
Más del 85% de los encuestados informaron «temer por su propia salud», con escasez de EPI, estrés y preocupaciones de seguridad entre los problemas informados. En algunos hospitales, informaron que recursos vitales, incluido personal y equipo, en particular suministros de oxígeno, se trasladaron de las salas de recién nacidos a las salas de atención COVID-19.
Un hallazgo crucial fue que dos tercios de los trabajadores de la salud no apoyan el método canguro, una técnica que aplica un contacto piel con piel temprano y prolongado para los bebés prematuros y la lactancia materna exclusiva, para las madres que tienen un positivo o síntomas de Covid-19. En cambio, estos recién nacidos están separados de sus madres y presentan un mayor riesgo de muerte.
La importancia de este hallazgo se ve reforzada por una nueva investigación publicada en EClinical Medicine. Realizado por una colaboración global liderada por la Organización Mundial de la Salud con LSHTM y la Universidad de California San Francisco (UCSF). Se llevó a cabo un análisis en 127 países, el estudio estimó que si se lograba la cobertura universal de madres canguros, más de 125,000 vidas de recién nacidos serían salvados.
Por el contrario, aplicando las técnicas habituales el riesgo de que los recién nacidos contraigan COVID y mueran resultaría en menos de 2,000 muertes. En conjunto, esto muestra al menos un aumento de 65 veces en el riesgo de muerte al no aplicar “madres canguro”.
El profesor Suman Rao, del St. John’s Medical College, Bangalore, India, y autor principal de ambos estudios, dijo: “El método canguro es una de nuestras formas más rentables de proteger a los recién nacidos pequeños y enfermos. Ahora es más importante que nunca garantizar que las madres reciban apoyo para realizar «madres canguro” y que los profesionales de la salud se sientan seguros y cómodos para apoyar durante el parto”.
Los datos muestran una gran promesa para muchas vidas salvadas con KMC universal, por lo que es vital que aprovechemos esta oportunidad para fortalecer la atención ahora y reconstruir mejor después de la pandemia.
Los recién nacidos son las personas más vulnerables del mundo. Cada año, 2,5 millones de recién nacidos mueren dentro de los 28 días posteriores a su llegada al mundo, y más del 80% de ellos tienen bajo peso al nacer. A pesar de esto, los recién nacidos pequeños y enfermos no se han considerado en las evaluaciones globales de interrupciones relacionadas con la pandemia.
Un total de 1.120 participantes respondieron a la encuesta, diseñada por un equipo multidisciplinario. Los trabajadores de la salud informaron niveles de estrés más altos de lo habitual y el 85% temía por su propia salud. Más del 70% de los encuestados informaron escasez de protectores para los ojos y máscaras faciales de alta calidad y menos de una quinta parte de los proveedores de atención médica se sentían seguros de las pautas para el tratamiento de los recién nacidos de madres infectadas por COVID-19.