La mutilación genital femenina (MGF) es la resección parcial o total de los genitales externos femeninos sin ningún motivo médico. La edad i la forma en que se practica varía según el grupo étnico, el país y el nivel socioeconómico de la familia. Hoy 6 de febrero se celebra el Dia Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina.
Es una práctica ancestral fuertemente arraigada a unas creencias socioculturales que marcan el transcurso de la vida de la comunidad y conlleva graves consecuencias físicas, psíquicas y sexuales que acabarán marcando para siempre la vida de las mujeres que la padecen. Hoy en día, la OMS estima que entre 130 y 140 millones de niñas han sido mutiladas y que unos 3 millones corren el riesgo de serlo.
La OMS define los siguientes tipos de mutilación genital femenina:
También la abrasión, Piercing, introducción de sustancias a la vagina o cauterización de clítoris también se considera mutilación genital femenina. La MGF es una marca de identidad y de pertenencia étnica y de género que se realiza con la convicción de ser beneficiosa, puesto que permite a las niñas entrar a la edad adulta y ser mujeres respetables para la comunidad.
La MGF precisa, por tanto, una atención específica y muy sensible y es necesario abordarla desde un discurso respetuoso, eliminando cualquier tipo de prejuicio o estereotipo, basado en el conocimiento y la comprensión mutua para redefinir o sustituir esta práctica. Para ello es necesario promover valores tradicionales positivos que contribuyan a eliminar el riesgo de millones de niñas a padecer daños físicos, psíquicos y sexuales.
Dicho esto, tenemos como matronas la obligación ética y legal de implicarnos en la lucha contra la MGF y por ello debemos cumplir con los protocolos de prevención con una respuesta coordinada e integral que vele por el bienestar y proteja las niñas susceptibles a ser mutiladas. Nuestro papel, en tanto que agentes de la salud especialistas en la salud sexual y reproductiva de la mujer, consiste también en detectar, atender y acompañar a mujeres que han estado mutiladas, ya sea durante el embarazo para prevenir las graves complicaciones que pueden surgir en el parto, o bien para proteger su sexualidad ofreciéndoles la posibilidad de reparar la mutilación, garantizando así su derecho a recuperar la integridad de su cuerpo y a disfrutar de su sexualidad.
Por ello debemos aproximarnos a otras realidades, aprender y luchar conjuntamente y al lado de las mujeres con el objetivo de prevenir y proteger a millones de mujeres y niñas ante practicas que vulneran su integridad.
Queremos dedicar esta entrada a todas las mujeres que luchan día tras día para defender nuestros derechos.
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