Cuando hablamos de un parto respetado se nos viene a la cabeza el acompañamiento de profesionales cualificados, un espacio acorde y preparado para tan delicado momento. Se sustenta en un trato empático hacia la embarazada y al bebe. Un parto en el cual se elija la manera más segura de dar a luz, la mama confiará en su cuerpo y en sus posibilidades, también lo hará en el profesional le presta sus servicios, que entiende y respeta la fisiología femenina y es sabedor de los diferentes escenarios que se pueden llegar a dar durante un parto.
En el parto respetado se deben tener en cuenta las preferencias de la embarazada a la hora de tomar decisiones y de realizar cualquier intervención, para no actuar de manera injustificada y sin informar a la gestante. El profesional atiende, escucha, habla y entiende a la madre si esta muestra alguna inquietud o contratiempo. Un parto respetado depende, en demasía, de la atención que prestan los profesionales sanitarios y en menor medida del lugar donde se lleve a cabo.
Una vez acabado el parto, se deberán evaluar las necesidades, complicaciones o situaciones que han surgido y en las cuales fue necesario intervenir de uno u otro modo, por ejemplo, rotura artificial de membranas (amniotomía), administración de oxitocina sintética, episiotomía u otro tipo de acciones.
Esas intervenciones y la manera de actuar del profesional que te ha acompañado, serán las claves para conocer si nuestro parto ha sido respetado o no, o si por el contrario, piensas que no se te ha informado debidamente ni se te ha tenido en cuenta a la hora de la toma de decisiones. En el mejor de los casos se habrá dado un parto respetado, y sentirás que has sido la protagonista del parto, junto con tu bebe. En ese aspecto cobrará especial magnitud los sentimientos y emociones, los cuales son de vital importancia para los momentos posteriores al parto, beneficiando en el inicio de la lactancia materna, establecimiento del vínculo materno-filial, vuelta a casa, blues o tristeza puerperal, etc. Un parto respetado puede derivar en una cabeza más sana y fuerte a la hora de afrontar este tipo de escenarios.
«Se ha llamado “humanizado” al modelo de atención del parto que pretende tomar en cuenta, de manera explícita y directa, las opiniones, necesidades y valoraciones emocionales de las mujeres y sus familias en los procesos de atención del embarazo»
Este año 2020, desde el 17 al 23 de mayo se celebró en todo el mundo la «Semana mundial del parto respetado». Esta edición se conjuró bajo el lema “Mi decisión debe ser respetada”, donde se recordó cuáles son los derechos de la persona gestante y del/la recién nacido/a. Esta fecha se celebra cada mayo desde el 2004 por iniciativa de la Asociación Francesa por el Parto Respetado, e impulsada por UNICEF. Este año fue muy especial la celebración del certamen anual, ya que los momentos que atravesamos con la pandemia del coronavirus han trastocado todos los aspectos de la vida, y los embarazos y partos no iban a ser menos, por desgracia. Los protocolos en muchos hospitales han cambiado por completo estos meses atrás, recortando derechos a las embarazadas, hasta el punto de pretender que durante el parto no estén acompañadas por la persona que ellas han elegido o incluso pretendiendo separarlas de sus recién nacidos. Hace unos días estuvimos hablando de cómo están siendo los embarazos en tiempos de covid-19.
A pesar de los complicados tiempos que corremos ahora mismo, desde la Federación de Asociaciones de Matronas de España hemos apoyado a la OMS en respetar todas las medidas que aconsejan para proceder a un parto respetado, cumpliendo las nuevas normas, pero respetando los derechos humanos, tanto de la madre como del bebe. Hoy más que nunca, el papel de una matrona en poner todo de su parte para que el parto sea respetado se pone más en relieve si cabe. Asimismo, insistimos en que la matrona cuenta con una formación específica y ofrece las garantías sanitarias oportunas para desarrollar su labor amparando los derechos de madres y bebés durante la gestación y el parto.