Esclerosis múltiple y el embarazo
Cuando hablamos de esclerosis múltiple hablamos de una enfermedad autoinmune, que afecta en mayor cantidad al sexo femenino que al masculino, y especialmente en la edad fértil de las mujeres. Por ello, cada vez más las mujeres que pretenden quedarse embarazadas se preocupan por este aspecto. Muchas personas se llegan a cuestionar si la esclerosis múltiple se puede heredar, como afectará al bebe en el futuro o como serán los nueve meses de convivencia del embarazo o la enfermedad.
Si una mujer pretende quedarse embarazada se aconseja acudir a la consulta de un neurólogo, en caso de padecer esclerosis múltiple. En esta cita el especialista nos aconsejará sobre cuando puede ser el mejor momento para intentar la fecundación. Esto se debe a que hablamos de una enfermedad que se trata con medicamentos, y estos pueden llegar a estar contraindicados durante el embarazo, e incluso durante la etapa de lactancia. Muchas mujeres se preguntan si la enfermedad afectará al feto, pero en este caso la esclerosis múltiple no es una enfermedad hereditaria, aunque puede existir cierta predisposición genética. Esto significa que los hijos pueden tener un cierto riesgo a desarrollar la enfermedad, aunque es bajo.
EMBARAZO CON ESCLEROSIS MÚLTIPLE
Las mujeres producen durante el embarazo una gran cantidad de hormonas, lo que provoca un sistema inmunológico protector frente a la enfermedad. Las estadísticas esclarecen que mujeres embarazadas sufren una menor tasa de recaída durante el embrazo, y cuanto más avanza el embarazo menor son esos episodios, especialmente en el segundo y tercer trimestre. El estudio Pregnancy In Multiple Sclerosis (PRIMS), fue primer estudio prospectivo en el que se analizó la influencia a corto plazo del embarazo.
Por el contrario, tras dar a luz, el riesgo de sufrir un brote de la enfermedad aumenta, y esto se debe a la bajada e hormonas. No solo influye el descenso de hormonas, sino que estas vuelven a estar en su estado fisiológico, dejando a la esclerosis múltiple actuar más, por ello siempre se recomienda siempre tener un apoyo constante para cuidar al recién nacido, es algo común, pero más en estos casos. En cuanto a los síntomas, tanto la fatiga como los problemas intestinales pueden verse alterados durante el embarazo.
La medicación para la esclerosis múltiple es muy fuerte, e influirá tanto en los meses de embarazo, como en la etapa posterior de lactancia. Por ello, la cita entre la embarazada y el neurólogo es vital y recomendable. Uno de los consejos que se programan es la suspensión de la ingesta de dichos medicamentos antes y después del proceso de concepción. Otro escenario es cuando el embarazo no está planificado, en este caso la medicación debe ser suspendida la medicación en cuanto la mujer sea consciente de su estado.
Fuente: M. Bártulos Iglesias, M.E. Marzo Solac, L.A. Estrella Ruizd,e, Y. Bravo Anguianob
EL PARTO
Cuando llegue el momento clave, el día del parto, una mujer que sufre esclerosis múltiple no tiene un parto diferente a otras mujeres que no la padecen. Todo el proceso es idéntico, tanto los métodos analgésicos no farmacológicos, como la analgesia epidural son igual de aconsejables en el caso de ser necesario para la madre y el bebe. Existe un caso en el que se debe tener más precaución, y se trata cuando la mujer con esclerosis múltiple padece alteraciones sensitivas al final del embarazo, ya que esto le podría provocar la confusión con las contracciones.
LACTANCIA
El momento que una mujer se decide a dar leche de su pecho al recién nacido, y la madre sufre esclerosis múltiple, si que se llega a un momento más delicado. Si bien durante los primeros meses de lactancia los brotes son algo menos habituales, los expertos neurólogos si aconsejan que la madre que inmediatamente después del parto se retome el tratamiento de medicamentos farmacológicos, todo con el fin de vitar una recaída importante de la enfermedad.
Una buena planificación y tener un buen apoyo de la pareja, familia o amigos será vital
Generalmente, las mujeres con esclerosis múltiple que hayan tenido un embarazo sin brotes podrán dar lactancia materna a sus hijos durante los tres primeros meses, mientras que aquellas que tengan formas muy activas de la enfermedad deberán iniciar cuanto antes el tratamiento precoz y por tanto la lactancia será de manera artificial. No obstante, será el médico quién evaluará la situación y decidirá la mejor opción para cada paciente.
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